El aumento de peso es común en las mujeres mayores, especialmente durante la transición menopáusica. En EE. UU. Casi dos tercios de las mujeres de 40 a 59 años y alrededor de las tres cuartas partes de las mujeres de ≥60 años tienen sobrepeso (índice de masa corporal mayor a 25 kg/m2)*. Y casi la mitad de las mujeres de estos grupos etarios son obesas (IMC mayor a 30 kg/m2).
Las mujeres posmenopáusicas también experimentan cambios en la distribución de la grasa corporal, como mayor tendencia a la distribución central de grasa (patrón androide) en comparación con las mujeres premenopáusicas de la misma edad e IMC, que tienen una distribución ginoide de la grasa (parte inferior del cuerpo).
La obesidad y el aumento de la grasa corporal central, particularmente la grasa visceral, se asocian con consecuencias metabólicas adversas y mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, que es la causa principal de muerte en mujeres posmenopáusicas. Las mujeres obesas de mediana edad también tienen más probabilidades de sufrir oleadas de calor severas más frecuentes y/o síntomas de disfunción sexual.
Además del envejecimiento, las mujeres de mediana edad están expuestas a varias influencias particulares y potencialmente interrelacionadas que promueven el aumento de peso. Estas influencias son la deprivación de estrógenos y los trastornos del estado de ánimo y del sueño, entre otros. Para el control del peso en las mujeres de mediana edad, estos factores deben ser identificados y abordados ofreciendo recomendaciones sobre modificaciones del estilo de vida.
· Envejecimiento vs. menopausia
El envejecimiento se acompaña de la disminución de la masa corporal magra (muscular), lo que disminuye la tasa metabólica en reposo.
La mayor parte de la literatura existente apoya la teoría de que el aumento de peso en mujeres de mediana edad se debe al envejecimiento y los cambios del estilo de vida, y que la menopausia per se no da lugar al aumento de peso.
Las mujeres tienden a aumentar de peso con la edad, independientemente del estado menopáusico; este aumento de peso es el resultado de cambios fisiopatológicos del envejecimiento y del estilo de vida.
El envejecimiento se acompaña de la disminución de la masa corporal magra, lo que disminuye la tasa metabólica en reposo; ambién se relaciona con una disminución de la actividad física, que puede ser sutil y por lo tanto no percibida fácilmente por el individuo.
La alteración del sueño también contribuye al aumento de peso en las mujeres de mediana edad.
Los cambios del estado de ánimo que afectan a la cuarta parte de las mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas también pueden interferir con la adopción de hábitos de vida saludables y contribuir al aumento de peso.
Aunque la menopausia en sí no parece influir sustancialmente en el aumento de peso, la distribución de la grasa central. Las mujeres posmenopáusicas tienden a tener mayor porcentaje de grasa corporal con distribución central en comparación con las mujeres premenopáusicas.
· Complicaciones médicas de la obesidad y la distribución corporal central de la grasa
Las mujeres posmenopáusicas obesas tienen mayor riesgo de mortalidad global. Las con un IMC >29 kg/m2 tienen 4 veces más riesgo de muertes cardiovasculares.
La obesidad aumenta el riesgo de consecuencias adversas para la salud metabólica incluyendo la disglucemia o la diabetes mellitus tipo 2 manifiesta, la dislipidemia y la hipertensión. La obesidad también aumenta el riesgo de ciertos cánceres como el cáncer de mama y el de útero.
Las mujeres con sobrepeso u obesidad también tienden a tener oleadas de calor más graves o más frecuentes durante la transición menopáusica, y tienden a reportar estos síntomas más a menudo que sus pares de peso normal. Sin embargo, la pérdida de peso se asocia con la mejoría de los síntomas vasomotores.
Desde un punto de vista psicosocial, el aumento de peso en la mitad de la vida puede afectar adversamente la salud emocional, la autoimagen y las relaciones íntimas de pareja.
· Conclusión
El aumento de peso y el aumento de la grasa visceral son problemas comunes en las mujeres de mediana edad. Estos cambios afectan considerablemente el aspecto físico, emocional y psicosocial de las mujeres.
Los autores recomiendan que los médicos intervengan activamente en el tratamiento del sobrepeso/obesidad de las mujeres de mediana edad y ofrezcan asesoramiento, tratamiento y apoyo adecuados. Esto incluye el manejo de temas propios de las mujeres de mediana edad como los síntomas vasomotores, los trastornos del humor y del sueño y, el asesoramiento sobre la adopción de un estilo de vida saludable.
*[IMC: el peso en kg dividido la altura en m2]
FUENTE: Intramed.org.
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