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(3ª parte) Relaciones familiares del/la paciente bulímico/a



Los estudios recientes sobre el medio familiar de los/as pacientes bulímicos/as han revelado aspectos consistentes en la interacción entre sus miembros, de forma similar a lo descrito en el caso de la anorexia nerviosa. Identificar una pauta especifica de relación familiar como factor de riesgo de patología bulímica es extremadamente útil porque permite detectar la situación de vulnerabilidad del sistema familiar para el desarrollo del trastorno y corregirla con prontitud.
Y aunque la investigación no ha dibujado un cuadro completo de todas las características familiares, sí se han detectado algunos rasgos típicos de la relación familiar sin que ello signifique que los familiares sean los causantes del trastorno.

Muchas familias en las que emerge un trastorno bulímico comparten un funcionamiento que trasluce una orientación excesiva de sus intereses hacia los logros académicos y laborales, mientras que se le da poca importancia a los aspectos culturales, el ocio, el desarrollo de objetivos intelectuales o los aspectos religioso-morales.

Así mismo, se han observado dificultades de cohesión, muy baja tolerancia a la frustración y una falta de límites entre sus miembros. Estas familias se perciben a si mismas como disgregadas, caóticas, con poca conexión emocional y, simultáneamente, con una relación amalgamada e intrusa. Conceder una importancia excesiva a los logros académicos, la apariencia perfecta y no dar ninguna importancia a la autonomía personal ni a la expresión asertiva, genera que la relación se establezca desde la corrección continua del más mínimo error. Cada miembro opina del otro y de lo que hace de forma negativa predominando el desacuerdo y la tensión en el seno familiar. Es posible que las conductas y formas que se corrijan estén equivocadas y se tenga razón en lo que se recrimina, pero la ausencia de márgenes para el error en la vida nos coloca en una situación de fracaso perpetuo, devastador para el afianzamiento de la autoestima.

La dificultad de separación impide el establecimiento de unos límites que diferencien, sin perder la relación afectuosa que necesitan. La falta de límites se pone de manifiesto en numerosas situaciones, especialmente en las provisiones alimentarias, ya que los atracones suelen incluir la comida de toda la familia. La relación entre hermanos se resiente por la utilización mutua de sus espacios y pertenencias sin permiso (ropa, objetos de aseo y maquillaje, material de escritorio, ordenador, etc.) sin permiso. Puesto que la privacidad no suele valorarse en la familia, esta situación puede persistir incluso cuando desde el tratamiento se sugiere la necesidad de establecer límites y diferenciar las características individuales de cada miembro familiar.

Son además frecuentes los comportamientos impulsivos y las conductas adictivas (insistimos, no presentes en todas las familias, sino con una frecuencia mayor a la observada en familias sin individuos con bulimia nerviosa). En numerosas ocasiones alguno o ambos padres presentan obesidad, problemas con alcohol e impulsividad asociada a conductas explosivas. La gravedad de la bulimia se ha asociado a la inconsistencia del afecto materno ya que las fluctuaciones de su expresión amorosa suelen ser excesivas; unos días da muestras de mucho cariño y otros días manifiesta un rechazo total.
Se ha visto, a su vez, muy negativa la tendencia de algunas madres de culpar a sus hijas por los problemas familiares, negando su propio papel en el malestar familiar.
Por lo que respecta al padre varón, la relación más destacada y negativa es la negligencia. Debido a un nivel de ansiedad muy elevado, los padres se distancian y no apoyan al/la hijo/a con problemas, negando su existencia o su gravedad. En su papel de maridos suelen ser inconscientes de los problemas matrimoniales que ocurren y del sufrimiento de su pareja. De hecho, muchas de los aspectos emocionales descritos se encuentran en familias depresivas con un estrés excesivo que dejan a los hijos vulnerables a cualquier patología mental. Si a ello se une una excesiva importancia a la apariencia, al que dirán; y se busca la identidad familiar en el logro profesional y el éxito, se ha creado el clima ideal para el desarrollo del trastorno bulímico.

Guía Trastornos de la conducta alimentaria - Unidad de Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Santa Cristina de la Comunidad de Madrid

http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_Publicaciones_FA&cid=1142494804947&idConsejeria=1109266187278&idListConsj=1109265444710&idOrganismo=1109266227712&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&sm=1109266101003


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