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Mostrando entradas de marzo, 2016

Sabías qué? ...

Hay que masticar entre veinte y veinticinco veces cada bocado. La masticación es un proceso de suma importancia en la digestión. Es el primer paso de ésta y de su correcta realización depende en gran medida un buen procesamiento de los alimentos. El hambre y la saciedad se regulan por un complejo sistema neuroendócrino, integrado a nivel del hipotálamo. Durante una lenta masticación, los receptores neurosensoriales orales (gusto) envían señales al cerebro que estimulan la sensación de saciedad para que cese la ingesta. Al comer despacio damos el tiempo necesario para que se complete el proceso de estimulación de este centro de la saciedad y de este modo disminuya el apetito. Así, no solo se facilita la digestión sino que comeremos menos.

ADICCIONES EN ADOLESCENTES

Una reciente revisión (*) investigó el efecto de las intervenciones entre pares para evitar el tabaco, alcohol y las drogas. Si bien no hay estadísticas a nivel global sobre el consumo de cannabis, alcohol y tabaco entre los adolescentes, diversos estudios epidemiológicos a nivel regional (e informes de los Naciones Unidas y UNICEF) coinciden en que es muy elevado, y tienen graves consecuencias: suicidios, problemas respiratorios, violencia, lesiones, comportamiento sexual de riesgo, enfermedad mental, riesgo de dependencia, así como morbilidad y mortalidad más adelante en la vida. Además, según el “Informe sobre el Uso de Drogas de las Américas de 2015” que fue presentado el año pasado por la Organización de Estados Americanos (OEA), las adicciones siguen creciendo en los jóvenes latinoamericanos. Una revisión sistemática publicada en la Revista Addiction investigó y cuantificó el efecto de las intervenciones dirigidas para evitar el tabaco, el alcohol y/o drogas entre los j

OBESIDAD INFANTO-JUVENIL: PREDICE LA OBESIDAD DEL ADULTO?

Una reciente publicación científica (*), investigó si la obesidad infantil y adolescente predice la obesidad del adulto. Uno de los problemas más destacados de la salud pública en el siglo XXI es la alta incidencia de la obesidad infantil y adolescente. Y debido a que esta enfermedad a temprana edad podría ser un predictor de morbilidad en la edad adulta, es muy importante la identificación temprana de los menores en riesgo. De acuerdo con esta investigación, cuyos autores son cuatro investigadores de las universidades de York y Londres (Reino Unido), la obesidad suele persistir desde la adolescencia hasta la edad adulta y se asocia con un mayor riesgo de enfermedad en los adultos. Concretamente, se halló que alrededor del 55% de los niños obesos pasan a ser obesos en la adolescencia, y un 80% de los adolescentes obesos todavía será obeso en la edad adulta. Sin embargo, aclaran que el 70% de los adultos obesos no lo eran en la infancia o la adolescencia, por lo que trat