Ir al contenido principal

¿Qué es la quinta ola de la salud pública?

Bajo el título "For debate: a new wave in public health improvement", sus autores manifiestan que recientemente la salud pública ha sido conceptualizada como una serie de ondas. 





La primera ola (1830-1900), la estructural, se ocupó de la provisión de agua potable y saneamiento. La segunda (1890-1950), la biomédica, vio el surgimiento de la ciencia y la medicina. 

La clínica (1940-1980), la tercera ola, incluyó el nacimiento del estado de bienestar;  y la cuarta oleada (1960-al presente) corresponde a las intervenciones de atención de salud para prolongar la vida, y la preocupación por los factores de riesgo y el estilo de vida. 

Estas cuatro olas han dado lugar a grandes mejoras tanto en la salud de los profesionales y en la población. Sin embargo, estos investigadores ingleses postulan que todavía persisten las desventajas actuales en educación, ingresos, o posición social que se asocian con una alta carga de la enfermedad y, en particular, multimorbilidad. 

Por lo tanto, este debate de The Lancet sugiere la necesidad de una quinta oleada en la salud pública como un medio para hacer frente a las desigualdades sociales, la pérdida de bienestar por el incremento de la depresión, ansiedad, y la obesidad, etc. Proponen un contexto social que promueva la salud, donde los comportamientos saludables sean la norma, y exista un contorno institucional y social compatible con esta forma de pensar. Pero aclaran que la consecución de esta ambición requerirá un esfuerzo positivo, holístico, y de colaboración, con la participación de una gama de las partes interesadas. Entre los diversos mecanismos prácticos para lograr este fin, creen que es importante recompensar las conductas saludables y crear entornos sociales e institucionales para fomentar opciones sanas. Y, fundamentalmente, erradicar todos los factores que fomenten las conductas no saludables

FUENTE: RIMA.ORG

Comentarios

Entradas populares de este blog

EVOLUCIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD EN ARGENTINA

El sobrepeso y la obesidad en adultos ha tendido a incrementarse en la región durante las últimas dos décadas: la tasa de sobrepeso pasó de 44% a 58% entre 1995 y 2015, mientras que la tasa de obesidad pasó de 14% a 24% en el mismo periodo.  De mantenerse la tendencia actual, se estima que en el 2030 la proporción de población adulta en América Latina y el Caribe con sobrepeso aumentaría a 70% y la población con obesidad alcanzaría a un 30% de la población regional. En ese mismo periodo, el sobrepeso de niños y niñas menores de 5 años pasó de 6,7% a 7,2%, y se estima que en 2017 tuvo un incremento marginal al aumentar a 7,3%. En 2017 se calcula que el sobrepeso afecta al 7,7% de los niños y niñas de Sudamérica, al 7,2% de los del Caribe, y 6,4% de Mesoamérica. FUENTE: FAO

Trastornos Alimentarios en Pediatría

A pesar de su alta prevalencia, la morbi-mortalidad asociada, y las opciones de tratamiento disponibles, los trastornos de la alimentación (TAs) continúan siendo sub-diagnosticados por los profesionales  pediátricos. Muchos adolescentes no reciben tratamiento, no se recuperan, o logran sólo una recuperación parcial. Este artículo aporta una actualización de la literatura sobre los TAs en niños y adolescentes, con información sobre anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN), y otros trastornos asociados. Los TAs pediátricos son más comunes que la diabetes tipo 2, y la epidemiología es cambiante, con tasas más altas de TAs en niños más pequeños, varones, y grupos minoritarios. La prevalencia de la AN a lo largo de la vida es del 0,5% al 2%, con una edad pico de inicio entre los 13 y los 18 años. La AN tiene una tasa de mortalidad de al menos 5% a 6%, una tasa de mortalidad más alta que la de cualquier enfermedad psiquiátrica. La prevalencia de la BN a lo largo de la vida e...

Sabías qué? ...

Hay que masticar entre veinte y veinticinco veces cada bocado. La masticación es un proceso de suma importancia en la digestión. Es el primer paso de ésta y de su correcta realización depende en gran medida un buen procesamiento de los alimentos. El hambre y la saciedad se regulan por un complejo sistema neuroendócrino, integrado a nivel del hipotálamo. Durante una lenta masticación, los receptores neurosensoriales orales (gusto) envían señales al cerebro que estimulan la sensación de saciedad para que cese la ingesta. Al comer despacio damos el tiempo necesario para que se complete el proceso de estimulación de este centro de la saciedad y de este modo disminuya el apetito. Así, no solo se facilita la digestión sino que comeremos menos.